Sus ramas hojas y flores ya superan este muro y se descuelgan hacia la calle, desde donde podemos observarlas de cerca y con detenimiento.
El epíteto específico dioica alude a que en esta especie existen ejemplares que muestran sólo flores masculinos y ejemplares que solo portan flores femeninas. En nuestro caso, mirando con algo de detenimiento podemos comprobar enseguida que las inflorescencias amarillaas están formadas por flores masculinas, repletas de estambres de filamentos relativamente largos.
Cuenta una leyenda que el Ombú de los jardines del Monasterio de la Cartuja, en Sevilla, fue plantado por el mismísimo Hernando Colón, el hijo del Almirante descubridor de un nuevo continente.
Buena entrada! El ombú sigue vivo, con una mínima poda obligatoria (algunas ramas molestaban en techo de cafetería) que le tuvimos que aplicar el curso pasado...Gracias Juan.
ResponderEliminarGracias, José Angel.
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